viernes, 27 de junio de 2008

MANUEL MACHADO

EL QUERER
En tu boca roja y fresca
beso, y mi sed no se apaga,
que en cada beso quisiera
beber entera tu alma.
Me he enamorado de ti,
y es enfermedad tan mala
que ni la muerte la cura,
según dicen los que aman.
Loco me pongo si escucho
el ruido de tu falda,
y el contacto de tu mano
me da la vida y me mata.
Yo quisiera ser el aire
que toda entera te abraza;
yo quisiera ser la sangre
que corre por tus entrañas.
Son las lineas de tu cuerpo
el modelo de mis ansias,
el camino de mis besos
y el imán de mis miradas.
Siento al ceñir tu cintura
una duda que me mata,
que quisiera en un abrazo
todo tu cuerpo y tu alma.
Estoy enfermo de ti,
de curar no hay esperanza,
que, en la sed de este amor loco
tú eres mi sed y mi agua.
Maldita sea la hora
en que penetré en tu casa,
en que vi tus ojos negros
y besé tus labios grana.
Maldita sea la sed
y maldita sea el agua...
Maldito sea el veneno
que envenena y que no mata.

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