jueves, 25 de febrero de 2021

RAFAEL ALBERTI

 

Al claroscuro


A ti, nocturno, por la luz herido,
luz por la sombra herida de repente;
arrebatado, oscuro combatiente,
claro ofensor de súbito ofendido.

A ti, acosado, envuelto, interrumpido,
pero de pie, desesperadamente.
Si el día tiembla, tú, noche valiente;
si la noche, tú, día enardecido.

A ti, contrario en busca de un contrario,
adverso que al morder a su adversario
clava la sombra en una luz segura.

Tu duro batallar es el más duro:
claro en la noche y por el día oscuro.
A ti, Rembrandt febril de la Pintura.

jueves, 18 de febrero de 2021

METKAIF


 

miércoles, 17 de febrero de 2021

RAFAEL ALBERTI

 A Federico García Lorca

 

(VERANO)

Sal tú, bebiendo campos y ciudades,
en largo ciervo de agua convertido,
hacia el mar de las albas claridades,
del martín-pescador mecido nido;

que yo saldré a esperarte amortecido,
hecho junco, a las altas soledades
herido por el aire y requerido
por tu voz, sola entre las tempestades.

Deja que escriba, débil junco frío,
mi nombre en esas aguas corredoras,
que el viento llama, solitario, río.

Disuelto ya en tu nieve el nombre mío,
vuélvete a tus montañas trepadoras
ciervo de espuma, rey del monterío.

jueves, 11 de febrero de 2021

MARTA


 

jueves, 4 de febrero de 2021

RAFAEL ALBERTI

A «Niebla», mi perro

 «Niebla», tú no comprendes: lo cantan tus orejas, 
el tabaco inocente, tonto, de tu mirada,
los largos resplandores que por el monte dejas, 
al saltar, rayo tierno de brizna despeinada.

Mira esos perros turbios, huerfanos, reservados,
que de improviso surgen de las rotas neblinas,
arrastrar en sus tímidos pasos desorientados
todo el terror reciente de su casa en ruinas.

A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,
que transportan la muerte en un cajón desnudo;
de ese niño que observa lo mismo que un festejo
la batalla en el aire, que asesinarle pudo;

a pesar del mejor compañero perdido,
de mi más que tristísima familia que no entiende
lo que yo más quisiera que hubiera comprendido,
y a pesar del amigo que deserta y nos vende;

«Niebla», mi camarada,
aunque tú no lo sabes, nos queda todavía,
en medio de esta heroica pena bombardeada,
la fe, que es alegría, alegría, alegría.