viernes, 26 de febrero de 2010

MANUEL MACHADO

SE DICE LENTAMENTE

Yo no sé más que una
vaguísima oración. Una oración. De pena
está y de encanto llena.
Y tiene llanto. Y risa,
y la calma sumisa
de la renunciación.
Se dice lentamente,
con palabras vulgares,
repetidas.
Muy oídas.
Brota en el corazón.
Ella es dulce a los labios.
No la saben los sabios.
Y en su son
-como en las soledades del campo el de la fuente-
monótono.
Se dice lentamente
la oración.

miércoles, 24 de febrero de 2010

BIENVENIDA

viernes, 19 de febrero de 2010

FEDERICO GARCIA LORCA

ALBA

Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada.

lunes, 15 de febrero de 2010

BARBARO

viernes, 12 de febrero de 2010

MANUEL MACHADO

A ALEJANDRO SAWA (EPITAFIO)

Jamás hombre más nacido
para el placer, fué al dolor
más derecho.
Jamás ninguno ha caído
con facha de vencedor
tan deshecho.
Y es que él se daba a perder
como muchos a ganar.
Y su vida,
por la falta de querer
y sobra de regalar,
fué perdida.
Es el morir y olvidar
mejor que amar y vivir.
Y más mérito el dejar
que el conseguir.

lunes, 8 de febrero de 2010

ADRIANUS

viernes, 5 de febrero de 2010

MIGUEL HERNANDEZ

ASCENSIÓN DE LA ESCOBA

Coronad a la escoba de laurel, mirto, rosa.
Es el héroe entre aquellos que afrontan la basura.
Para librar del polvo sin vuelo cada cosa
bajó, porque era palma y azul, desde la altura.

Su ardor de espada joven y alegre no reposa.
Delgada de ansiedad, pureza, sol, bravura,
azucena que barre sobre la misma fosa,
es cada vez más alta, más cálida, más pura.
Nunca: la escoba nunca será crucificada,
porque la juventud propaga su esqueleto
que es una sola flauta muda, pero sonora.

Es una sola lengua sublime y acordada.
Y ante su aliento raudo se ausenta el polvo quieto.
Y asciende una palmera, columna hacia la aurora.

lunes, 1 de febrero de 2010

ADMIRAL