jueves, 30 de agosto de 2018
viernes, 24 de agosto de 2018
JUAN BOSCAN
¿Qué haré, que por quereros
mis extremos son tan claros,
que ni soy para miraros,
ni puedo dejar de veros?
Yo no sé con vuestra ausencia
un punto vivir ausente,
ni puedo sufrir presente,
señora, tan gran presencia.
De suerte que, por quereros,
mis extremos son tan claros,
que ni soy para miraros,
ni puedo dejar de veros.
mis extremos son tan claros,
que ni soy para miraros,
ni puedo dejar de veros?
Yo no sé con vuestra ausencia
un punto vivir ausente,
ni puedo sufrir presente,
señora, tan gran presencia.
De suerte que, por quereros,
mis extremos son tan claros,
que ni soy para miraros,
ni puedo dejar de veros.
viernes, 17 de agosto de 2018
viernes, 10 de agosto de 2018
RAMÓN DE CAMPOAMOR
«La del enlutado manto, | |||
la de la toca de encaje, | |||
la de mil hombres encanto, | |||
¿cuánto va a que no es tan santo | |||
tu pecho como el ropaje? | |||
En vano ocultarnos trata | |||
de tus ojos los destellos | |||
el lienzo que te recata; | |||
y por Dios que son, beata, | |||
para ser santos, muy bellos. | |||
Sobre tu nevado seno | |||
pesa la cruz de un rosario, | |||
y aunque humilde «nazareno» | |||
muriera de gozo lleno | |||
en tan hermoso calvario». |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)