jueves, 26 de noviembre de 2020

JOSÉ DE ESPRONCEDA

CANCION DEL PIRATA
 
 Con diez cañones por banda, 
viento en popa a toda vela, 
no corta el mar, sino vuela 
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman, 
por su bravura, el Temido, 
en todo mar conocido 
del uno al otro confín.
 
La luna en el mar riela, 
en la lona gime el viento 
y alza en blando movimiento 
olas de plata y azul;
 
y va el capitán pirata, 
cantando alegre en la popa, 
Asia a un lado, al otro Europa, 
y allá a su frente Estambul;
 
—«Navega velero mío, sin temor, 
que ni enemigo navío, 
ni tormenta, ni bonanza, 
tu rumbo a torcer alcanza, 
ni a sujetar tu valor.
 
»Veinte presas hemos hecho 
a despecho, del inglés,
»y han rendido sus pendones 
cien naciones a mis pies.
 
»Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria la mar.
 
»Allá muevan feroz guerra 
ciegos reyes 
por un palmo más de tierra, 
que yo tengo aquí por mío 
cuanto abarca el mar bravío, 
a quien nadie impuso leyes.
 
»Y no hay playa sea cualquiera, 
ni bandera de esplendor,
»que no sienta mi derecho 
y dé pecho a mi valor.
 
»Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria la mar.
 
»A la voz de ¡barco viene! 
es de ver cómo vira y se previene 
a todo trapo a escapar: 
que yo soy el rey del mar, 
y mi furia es de temer.»
 
En las presas yo divido 
lo cogido por igual:
»sólo quiero por riqueza 
la belleza sin rival.
 
»Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria la mar.
 
»¡Sentenciado estoy a muerte!; 
yo me río; 
no me abandone la suerte, 
y al mismo que me condena, 
colgaré de alguna entena 
quizá en su propio navío.
 
»Y si caigo ¿qué es la vida? 
Por perdida ya la di,
»cuando el yugo de un esclavo 
como un bravo sacudí.
 
»Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria la mar.
 
»Son mi música mejor 
aquilones 
el estrépito y temblor 
de los cables sacudidos, 
del negro mar los bramidos 
y el rugir de mis cañones.
 
»Y del trueno al son violento, 
y del viento al rebramar,
»yo me duermo sosegado 
arrullado por el mar.
 
»Que es mi barco mi tesoro, 
que es mi dios la libertad, 
mi ley, la fuerza y el viento, 
mi única patria la mar».

miércoles, 25 de noviembre de 2020

LA VALKYRIE


 

viernes, 20 de noviembre de 2020

JOSE ASUNCIÓN SILVA

 NOCTURNOS   
 
A veces, cuando en alta noche tranquila, 
sobre las teclas vuela tu mano blanca, 
como una mariposa sobre una lila 
y al teclado sonoro notas arranca, 
 
cruzando del espacio la negra sombra 
filtran por la ventana rayos de luna, 
que trazan luces largas sobre la alfombra, 
y en alas de las notas a otros lugares, 
 
vuelan mis pensamientos, cruzan los mares, 
y en gótico castillo donde en las piedras 
musgosas por los siglos, crecen las yedras, 
puestos de codos ambos en tu ventana 
 
miramos en las sombras morir el día 
y subir de los valles la noche umbría 
y soy tu paje rubio, mi castellana, 
y cuando en los espacios la noche cierra, 
 
el fuego de tu estancia los muebles dora, 
y los dos nos miramos y sonreímos 
mientras que el viento afuera suspira y llora! 

¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos, 
cuando sobre las teclas vuelan sus manos!

miércoles, 18 de noviembre de 2020

KUVASZ


 

sábado, 14 de noviembre de 2020

CESAR VALLEJO

 PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA
 
Me moriré en París con aguacero, 
un día del cual tengo ya el recuerdo. 
Me moriré en París ?y no me corro? 
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
 
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso 
estos versos, los húmeros me he puesto 
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, 
con todo mi camino, a verme solo.
 
César Vallejo ha muerto, le pegaban 
 todos sin que él les haga nada; 
le daban duro con un palo y duro
 
 también con una soga; son testigos 
los días jueves y los huesos húmeros, 
la soledad, la lluvia, los caminos…

 

jueves, 12 de noviembre de 2020

HIPODAMO DE MILETO


 

jueves, 5 de noviembre de 2020

RAFAEL ALBERTI

 SE EQUIVOCO LA PALOMA



Se equivocó la paloma. 

Se equivocaba.

 

Por ir al Norte, fue al Sur. 

Creyó que el trigo era agua. 

Se equivocaba.

 

Que las estrellas, rocío; 

que la calor, la nevada. 

Se equivocaba.

 

Que tu falda era tu blusa; 

que tu corazón, su casa. 

Se equivocaba.

 

Ella se durmió en la orilla. 

Tú, en la cumbre de una rama.