RIMAS III
Sacudimiento extraño
que agita las ideas,
como huracán que empuja
las olas en tropel;
Murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo,
como volcán que sordo
anuncia que va a arder;
Deformes siluetas
de seres imposibles;
paisajes que aparecen
como a través de un tul;
Colores que fundiéndose
remedan en el aire
los átomos de Iris,
que nadan en la luz;
Ideas sin palabras,
palabras sin sentido;
cadencias que no tienen
ni ritmo ni compás;
Memorias y deseos
de cosas que no existen;
accesos de alegría,
impulsos de llorar;
Actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse;
sin rienda que lo guíe
caballo volador;
Locura que el espíritu
exalta y enardece;
embriaguez divina
del genio creador...
¡Tal es la inspiración!
Gigante voz que el caos
ordena en el cerebro,
y entre las sombras hace
la luz aparecer;
Brillante rienda de oro
que poderosa enfrena
de la exaltada mente
el volador corcel;
Hilo de luz que en haces
los pensamientos ata;
sol que las nubes rompe
y toca en el cenit;
Inteligente mano
que en un collar de perlas
consigue las indóciles
palabras reunir;
Armonioso ritmo
que con cadencia y número
las fugitivas notas
encierra en el compás;
Cincel que el bloque muerde
la estatua modelando,
y la belleza plástica
añade a la ideal;
Atmósfera en que giran
con orden las ideas,
cual átomos que agrupa
recóndita atracción;
Raudal en cuyas ondas
su sed de fiebre apaga;
oasis que al espiritu
devuelve su vigor...
¡Tal es nuestra razón!
Con ambas siempre en lucha
y de ambas vencedor,
tan sólo el genio puede
a un yugo atar las dos.
martes, 12 de febrero de 2008
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