jueves, 25 de junio de 2020

PEDRO SALINAS

Para vivir no quiero
 islas, palacios, torres.
 ¡Qué alegría más alta:
 vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
 las señas, los retratos;
 yo no te quiero así,
 disfrazada de otra,
 hija siempre de algo.

 Te quiero pura, libre,
 irreductible: tú.
 Sé que cuando te llame
 entre todas las gentes
 del mundo,
 sólo tú serás tú.

 Y cuando me preguntes
 quién es el que te llama,
 el que te quiere suya,
 enterraré los nombres,
 los rótulos, la historia.

 Iré rompiendo todo
 lo que encima me echaron
 desde antes de nacer.
 Y vuelto ya al anónimo
 eterno del desnudo,
 de la piedra, del mundo,
 te diré:
 «Yo te quiero, soy yo».

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