A LA MANERA DE JUAN DE MAIRENA
Apuntes para una geografía emotiva de España
¡Torreperogil!
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!
Sol en los montes de Baza.
Mágina y su nube negra.
En el Aznaitín afila
su cuchillo la tormenta.
En Garciez
hay más sed que agua;
en Jimena, más agua que sed,
¡Qué bien los nombres ponía
quien puso Sierra Morena
a esta serranía!
En Alicún se cantaba:
Si la luna, sale
mejor entre los olivos
que en los espartales.
Y en la Sierra de Quesada;
Vivo en pecado mortal:
no te debiera querer;
por eso te quiero más.
Tiene una boca de fuego
y una cintura de azogue.
Nadie la bese.
Nadie la toque.
Cuando el látigo del viento
suena en el campo:¡amapola!
(como llama que se apaga
o beso que no se logra)
su nombre pasa y se olvida.
Por eso nadie la nombra.
Lejos, por los espartales,
más allá de los olivos,
hacia las adelfas
y los tarayes del río,
con esta luna de la madrugada,
¡amazona gentil del campo frío!
Apuntes para una geografía emotiva de España
¡Torreperogil!
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!
Sol en los montes de Baza.
Mágina y su nube negra.
En el Aznaitín afila
su cuchillo la tormenta.
En Garciez
hay más sed que agua;
en Jimena, más agua que sed,
¡Qué bien los nombres ponía
quien puso Sierra Morena
a esta serranía!
En Alicún se cantaba:
Si la luna, sale
mejor entre los olivos
que en los espartales.
Y en la Sierra de Quesada;
Vivo en pecado mortal:
no te debiera querer;
por eso te quiero más.
Tiene una boca de fuego
y una cintura de azogue.
Nadie la bese.
Nadie la toque.
Cuando el látigo del viento
suena en el campo:¡amapola!
(como llama que se apaga
o beso que no se logra)
su nombre pasa y se olvida.
Por eso nadie la nombra.
Lejos, por los espartales,
más allá de los olivos,
hacia las adelfas
y los tarayes del río,
con esta luna de la madrugada,
¡amazona gentil del campo frío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario