martes, 13 de agosto de 2013

ANTONIO MACHADO

- ¿Tú eres Caronte, el fúnebre barquero?
Esa barba limosa.
- ¿Y tú, bergante?

- Un fúnebre aspirante
de tu negra barcaza a pasajero,
que el lago irrebogable se aproxima.
- Razón?
- La ignoro. Ahorcome un peluquero.
- (Todos pierden memoria en este clima).
- ¿Delito?
- No recuerdo.
- ¿Ida, no más?
- ¿Hay vuelta?
- Sí.
- Pues ida y vuelta, ¡claro!
- Sí, claro, y no tan claro: eso es muy caro.
Aguarda un momentín, y embarcarás.

¡Bajar a los infiernos como el Dante!
¡Llevar por compañero
a un poeta con nombre de lucero!
¡ Y este fulgor violeta en el diamante!
Dejad toda esperanza. Usted, primero.
¡Oh, numca, nunca, nunca! Usted delante.

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