viernes, 2 de agosto de 2013

ANTONIO MACHADO

¡Qué fácil es volar, qué fácil es!
Todo consiste en no dejar que el suelo
se acerque a nuestros pies.
Valiente hazaña, ¡el vuelo!, ¡el vuelo!, ¡el vuelo!

¡Volar sin alas donde todo es cielo!
anota este jocundo
pensamiento: Parar, parar el mundo
entre las puntas de los pies,
y luego darle cuerda al revés,
para verlo girar en el vacío,
coloradito y frío,
y callado -no hay música sin viento-.
¡Claro, claro! ¡Poeta y cornetín
son de tan corto aliento!
Sólo el silencio y Dios cantan sin fin.

Pero caer de cabeza,
en esta noche sin luna
en medio de esta maleza,
junto a la negra laguna.

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