Mas el doctor no sabía
que hoy es siempre todavía.
busca en tu prójimo espejo:
pero no para afeitarte,
ni para teñirte el pelo.
Los ojos por que suspiras,
sábelo bien,
los ojos en que te miras
son ojos porque te ven.
-Ya se oyen palabras viejas,
-Pues aguzad las orejas.
Enseña el Cristo: a tu prójimo
amarás como a ti mismo,
mas nunca olvides que es otro.
Dijo otra verdad:
busca el tú que nunca es tuyo
ni puede serlo jamás.
No dedeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.
¿Todo para los demás?
Mancebo, llena tu jarro,
que ya te lo beberán.
Se miente más de la cuenta
por falta de fantasía;
también la verdad se inventa.
que hoy es siempre todavía.
busca en tu prójimo espejo:
pero no para afeitarte,
ni para teñirte el pelo.
Los ojos por que suspiras,
sábelo bien,
los ojos en que te miras
son ojos porque te ven.
-Ya se oyen palabras viejas,
-Pues aguzad las orejas.
Enseña el Cristo: a tu prójimo
amarás como a ti mismo,
mas nunca olvides que es otro.
Dijo otra verdad:
busca el tú que nunca es tuyo
ni puede serlo jamás.
No dedeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.
¿Todo para los demás?
Mancebo, llena tu jarro,
que ya te lo beberán.
Se miente más de la cuenta
por falta de fantasía;
también la verdad se inventa.
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