viernes, 1 de junio de 2012

ANTONIO MACHADO

Cantores, dejad
palmas y jaleo
para los demás.

Despertad, cantores:
acaben los ecos,
empiecen las voces.

Mas no busquéis disonancias;
porque, al fin, nada disuena,
siempre al son que tocan bailan.

Luchador superfluo,
ayer lo más noble,
mañana lo más plebeyo.

Camorrista, boxeador,
zúrratelas con el viento. 

Sin embargo.
¡Oh!, sin embargo,
queda fetiche que aguarda
ofrenda de puñetazos.

O rinnovarsi o perire.
No me suena bien
Navigare é necessario.
Mejor: ¡vivir para ver!

Ya maduró un nuevo cero,
que tendrá su devoción:
un ente de acción tan huero
como un ente de razón.

No es el yo fundamental
eso que busca el poeta,
sino el tú esencial.

Viejo como el mundo es
-dijo un doctor-, olvidado,
por sabido, y enterrado
cual la momia de Ramsés.

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