viernes, 18 de mayo de 2012

ANTONIO MACHADO

A la vera del camino
hay una fuente de piedra,
y un cantarillo de barro
-gluglú- que nadie se lleva.

Adivina, adivinanza,
qué quieren decir la fuente,
el cantarillo y el agua.

Pero yo he visto beber
hasta en los charcos del suelo.
Caprichos tiene la sed.

Sólo quede un símbolo:
quod elixum est ne asato.
No aséis lo que está cocido.

Canta, canta, canta,
junto a su tomate,
el grillo en su jaula.

Despacito y buena letra:
el hacer las cosas bien
importa más que el hacerlas.

Sin embargo.
¡Ah!, sin embargo,
importa avivar los remos,
dijo el caracol al galgo.

¡Y a hay hombres activos!
soñaba la charca
con sus mosquitos.

¡Oh calavera vacía!
¡Y pensar que todo era
dentro de ti, calavera!,
otro Pandolfo decía.

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