viernes, 22 de enero de 2010

LOPE DE VEGA

Pastor que con tus silbos amorosos

Pastor que con tus silbos amorosos

me despertaste del profundo sueño;

Tú, que hiciste cayado de ese leño

en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,

pues te confieso por mi amor y dueño

y la palabra de seguirte empeño

tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,

no te espante el rigor de mis pecados,

pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados;

¿pero cómo te digo que me esperes,

si estás, para esperar, los pies clavados?

No hay comentarios: