LIRIO
Casi todo alma,
vaga Gerineldos,
por esos jardines
del rey, a lo lejos,
junto a los macizos
de arrayanes. Besos
de la reina dicen
los morados cercos
de sus ojos mustios,
dos idilios muertos.
Casi todo alma,
se pierde en silencio
por el laberinto
de arrayanes. ¡Besos!
Solo, solo, solo.
Lejos, lejos, lejos.
Como una humareda,
como un pensamiento.
Como esa persona
extraña, que vemos
cruzar por las calles
oscuras de un sueño.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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