lunes, 16 de noviembre de 2009

MANUEL MACHADO

DON MIGUEL DE MAÑARA VICENTELO DE LECA

Rosa y laurel simbólicos que aquí plantó Mañara
cantan su doble triunfo, su gloria dicen clara.
Habla la hermosa rosa de lo que amó y mató.
Dice noches de amores, heridas y placeres,
las canciones que hacía él para las mujeres
y evoca, roja y tibia, la sangre que vertió.
El laurel solemniza su puesta gloriosa
más allá de este Mundo, la santa y religiosa
fundación de esta Casa. Dice la Caridad,
las horas de esperanza y de recogimiento.
La elegancia suprema del arrepentimiento.
Y el último combate ¡y la inmortalidad!

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