lunes, 4 de mayo de 2009

FRANCISCO DE QUEVEDO

MIRE LOS MUROS DE LA PATRIA MIA

Miré los muros de la patria mía,
si en un tiempo fuertes, ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salime al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del cielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa, vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en qué poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

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