viernes, 26 de septiembre de 2008

MANUEL MACHADO

LA AUSENCIA

No tienes quien bese
tus labios de grana,
ni quien tu cintura elástica estreche,
dice tu mirada.
No tienes quien hunda
las manos amantes
en tu pelo hermoso, y a tus ojos negros
no se asoma nadie.
Dice tu mirada
que de noche, a solas,
suspiras y dices en la sombra tibia
las terribles cosas.
Las cosas de amores
que nadie ha escuchado,
esas que se dicen los que bien se quieren
a eso de las cuatro.
A eso de las cuatro
de la madrugada,
cuando invade un poco de frío la alcoba
y clarea el alba.
Cuando y me acuesto,
fatigado y solo,
pensando en tus labios de grana, en tu pelo
y en tus negros ojos.
Diciendo la copla:
A eso de las cuatro,
como tenía a mi compañerita,
dormía en mis brazos.

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