La última poesía era de Marcos Zapata (1845-1913)
A LA MUERTE
Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo,
porque el gozo de ir contigo
no me torne a dar la vida.
Ven, como rayo que hiere,
que hasta que ha herido
no se siente su ruido,
por mejor herir do quiere
así sea tu venida;
si no, desde aquí me obligo
que el gozo que habré contigo
me dará de nuevo vida.
Vos me matáis de tal suerte
y con pena tan gloriosa,
que no sé más dulce cosa
que los trances de mi muerte.
Y de ella soy tan ufano,
tan penado y tan contento,
que no trocaré un tormento
por mil bienes de otra mano.
Y pues que quiso mi suerte
darme pena tan gloriosa,
no quiero máas dulce cosa
que los trances de mi muerte.
jueves, 10 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario