sábado, 5 de enero de 2008

ADIVINA DE QUIEN ES LA POESÍA (continuación)

Pues, ¿y una composición
en que, imitando a otros vates,
con la mejor intención
decía estos disparates?
"¡Ay! El mundo en su falsía
aumentará mi delito,
vertiendo en el alma mía
la duda de lo infinito".

¡Triste, errante y moribundo,
sigo el ignoto sendero,
sin encontrar en el mundo
un amigo verdadero!.

¡Todo es falsedad, mentira!
¡En vano busco la calma!
¡Son las cuerdas de mi lira
sensibles fibras del alma!

¡El mundo en su loco anhelo
me empuja hacia el hondo abismo!
¡Dudo de Dios y del cielo,
y hasta dudo de mí mismo!

¡Esta existencia me hastía!
¡Nada en el mundo es verdad!

¡Y todo esto lo decía
a los quince años de edad!

Francamente, yo no sé
cómo algún lector sensato
no me pegó un puntapié
por necio y por mentecato.

Por fortuna, ya no siento
aquellas melancolías
ni doy a nadie tormento
con vanas filosofías.

Ya no me meto en honduras,
ni hablo de llantos ni penas,
ni canto mis amarguras
ni las desdichas ajenas.

He cambiado de tal modo,
que soy otro diferente;
pues hoy me rio de todo,
¡y me va perfectamente!

La poesía es de VITAL AZA.

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