viernes, 7 de enero de 2022

JOSÉ MARTÍ

   Envilece, Devora...

Envilece, devora, enferma, embriaga
la vida de ciudad: se come el ruido,
como un corcel la yerba, la poesía.
Estréchanse en las casas la apretada
gente, como un cadáver en su nicho:
Y con penoso paso por las calles
pardas, se arrastran hombres y mujeres
tal como sobre el fango los insectos,
secos, airados, pálidos, canijos.

 
Cuando los ojos, del astral palacio
de su interior, a la ciudad convierte
el alma heroica, no en batallas grandes
piensa, ni en templos cóncavos, ni en lides
de la palabra centelleante: piensa
en abrazar, como un haz, los pobres
 y adonde el aire es puro, y el sol claro
 y el corazón no es vil, volar con ellos.

 

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