jueves, 12 de febrero de 2015

ANTONIO MACHADO

Claqueurs,  polacos, guardad
para vuestros gladiadores
palmas, tabacos, honores,
dejadme mi soledad.
No me aplaudáix. Cuando el eco
de vuestros aplausos resuena
me voy poniendo tan hueco
que vuestro aplauso me llena.

De tanto y tanto soplar
su flauta no suena ni
por casualidad.

Dijo el caracol:
Esto sí que es prisa,
voy como una exhalación.

Cuando dos gitanos hablan
es la mentira inocente:
se mienten y no se engañan.

Oh, si la mejor poesía
se canta en el tono del
cuento de la nueva pipa.

Salió don Lope de casa
cuando la tarde caía.
Ya basta, cese la historia,
cuente su melancolía.

Desde el muro verde
vuelan las alondras,
hasta perderse en el azul del cielo.
¡Oh pardo aletear de tierra loca!

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