jueves, 29 de enero de 2015

ANTONIO MACHADO

LOS COMPLEMENTARIOS

Confiamos,
en que no será verdad
nada de los que pensamos.

La ciudad desierta
se sale a los montes
por las sierte puertas.

Adivina lo que quiero
decir con lo que te digo.
Te doy la madeja,
saca tú el ovillo.

A estos hombres tan finos, tan discretos,
me los figuro a solas
coloraditos cual las amapolas.
¿O tendrán el tupé de sus secretos?

¡Oh el mal ladrón, que las frutas
dejó que en mi huerto había,
y se llevó las virutas
de mi carpintería!
Tal dijo un hombre de bien,
que, al ver al ladrón robado,
sintiose ladrón también.

Para la buena ventura
del hijo que te dio el cielo,
debes ponerle Canuto,
por ser el nombre más hueco.

¡Qué dificil es
cuando todo baja
no bajar también!

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