viernes, 19 de septiembre de 2014

ANTONIO MACHADO

ADIOS (1924)

Y nunca más la tierra de ceniza
a pisar volveré, que Duero abraza.
¡Oh loma de Santana, ancha y maciza;
placeta del Mirón, desierta plaza!
Con el sol de la tarde en mis balcones
nunca os veré.  No me pidáis presencia;
las almas huyen para dar canciones:
alma es distancia y horizonte, ausencia.
Mas quien escuche la agria melodía
con que divierto el corazón viajero
por estos campos de mi Andalucía,
ya sabe manantial, cauce y reguero
del aguan santa de la huerta mía.
¡No todas vais al mar, aguas de Duero!

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