viernes, 2 de noviembre de 2012

ANTONIO MACHADO

SOLEDADES A UN MAESTRO

No es profesor de energía
Francisco de Icaza,
sino de melancolía.

De su raza vieja
tiene la palabra corta,
honda la sentencia.

Como el olivar,
mucho fruto lleva,
poca sombra da.

En su claro verso
se canta y medita
sin grito ni ceño.

Y en perfecto rimo
-así a la vera del agua
el doble chopo del río-.

Sus cantares llevan
agua de remanso,
que parece quieta.
Y que no lo está;
mas no tiene prisa
por ir a la mar.

Tienen sus canciones
aromas y acíbar
de viejos amores.
Y del indio sol
madurez de fruta
de rico sabor.

Francisco de Icaza,
de la España vieja
y de Nueva España,
que en áureo centén
se graben tu lira
y tu perfil de virrey.

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