Poned atención:
un corazón solitario
no es un corazón.
Abejas, cantores,
no a la miel, sino a las flores.
Todo necio
confunde valor y precio.
Lo ha visto pasar en sueños.
Buen cazador de sí mismo,
siempre en acecho.
Cazó a su hombre malo,
el de los días azules,
siempre cabizbajo.
Da doble luz a tu verso,
para leído de frente
y al sesgo.
Mas no te importe si rueda
y pasa de mano en mano:
del oro se hace moneda.
De un Arte de Bien Comer,
primera lección:
No has de coger la cuchara
con el tenedor.
Señor San Jerónimo,
suelte usted la piedra
con que se machaca.
Me pegó con ella.
un corazón solitario
no es un corazón.
Abejas, cantores,
no a la miel, sino a las flores.
Todo necio
confunde valor y precio.
Lo ha visto pasar en sueños.
Buen cazador de sí mismo,
siempre en acecho.
Cazó a su hombre malo,
el de los días azules,
siempre cabizbajo.
Da doble luz a tu verso,
para leído de frente
y al sesgo.
Mas no te importe si rueda
y pasa de mano en mano:
del oro se hace moneda.
De un Arte de Bien Comer,
primera lección:
No has de coger la cuchara
con el tenedor.
Señor San Jerónimo,
suelte usted la piedra
con que se machaca.
Me pegó con ella.
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