viernes, 13 de julio de 2012

ANTONIO MACHADO

Autores, la escena acaba
con un dogma de teatro:
En el principio era la máscara.

Será el peor de los malos
bribón que olvide
su vocación de diablo.

¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad.

Con el tú de mi canción
no te aludo, compañero;
ese tú soy yo.

Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.

Hora de mi corazón:
la hora de una esperanza
y una desesperación.

Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.

Le tiembla al cantar la voz.
Ya no le silban sus coplas,
que silba su corazón.

Ya hubo quien pensó:
Cogito ergo non sum.
¡Qué exageración!

Conversación de gitanos:
- ¿Cómo vamos, compadrito?
- Dando vueltas al atajo.

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