viernes, 13 de enero de 2012

ANTONIO MACHADO

El río despierta.
En el aire obscuro,
sólo el río suena.
¡Oh canción amarga
del agua en la piedra!
Hacia el alto Espino,
bajo las estrellas.
Sólo suena el río
al fondo del valle,
bajo el alto Espino.

En medio del campo,
tiene la venta abierta
la ermita sin ermitaño.
Un tejadillo verdoso.
Cuatro muros blancos.
Lejos relumbra la piedra
del áspero Guadarrama.
Agua que brilla y no suena.
En el aire claro,
¡los alamillos del soto,
sin hojas, liras de marzo!

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