jueves, 4 de diciembre de 2008

MANUEL MACHADO

ANDALUCÍA

Cádiz, salada claridad. Granada,
agua oculta que llora.
Romana y mora, Córdoba callada.
Málaga, cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva: la orilla
de las Tres carabelas.
Y Sevilla.

LA MUJER SEVILLANA (Carmen)

Cuando, al caer la tarde, como un suspiro, crea
los nemorosos patios de barrio de Triana,
y el cabello de Carmen, que de negro azules,
y sus ojos, en donde amor florece y grana.
Envuelto en ese halo de gracia que defiende
al hombre que es amado de una mujer hermosa,
pasa Antonio, y en una larga mirada enciende
el alma y la mejillas de Carmen, ruborosa.
Ella lo ve alejarse, sintiendo confundido
al latir de su pecho el paso conocido.
Y al rezar el rosario, y al regar las macetas,
un hombre la perturba con delicias secretas.
Y sola ante el espejo, confesará mañana,
prende en su pelo negro una rosa temprana.

No hay comentarios: