miércoles, 23 de julio de 2008

MANUEL MACHADO

MALAGUEÑAS (continuación)

Publica la enfermedad
aquel que espera el remedio.
Yo no pregono mis males,
porque curarme no quiero.
A la Virgen de los Reyes
de rodillas le pedí,
serrana, que me quisieras
o yo te olvidara a ti.
No sólo canta el que canta,
que también canta el que llora.
No hay penita ni alegría
que se quede sin su copla.
Desde la una a la una,
desde las dos a las dos,
son las veinticuatro horas,
que te estoy queriendo yo.
Han alargado la calle,
que ahora llega hasta la plaza,
y antes no llegaba más
que a la puerta de tu casa.

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