SOLEARES ( continuación)
Esto remedio no tiene.
Dame otra caña, chiquilla,
y venga lo que viniere.
Es mi nena tan bonita
que hasta el sol, cuando la ve,
amarillea de envidia.
Cuando a tu cara me acerco,
las palabras, en la boca,
se me convierten en besos.
Los gitanos, los gitanos...,
hoy se mercan un vestío,
mañana van a empeñarlo.
Levántate una mijita;
déjame meter el brazo
bajo de tu cinturita.
No eres morena ni rubia.
No eres fea ni bonita;
me gustas porque me gustas.
Por mí no se sabrá ná...
Aquel que tiene de sobra
no se tiene que alabar.
viernes, 30 de mayo de 2008
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